Es probable que nunca te hayas detenido a pensar en los orígenes de muchas de las cosas que usamos a diario. Sin embargo, a veces la curiosidad nos lleva a preguntarnos de dónde provienen. Hoy, te traemos una pequeña lección sobre la historia de las fajas y cómo llegaron a ser lo que son hoy.
Las fajas, como muchas prendas que usamos actualmente, tienen un pasado largo y fascinante. Según algunas investigaciones, ya existían desde el año 1700 a.C., aunque en esa época no se les conocía como "fajas", sino como "corsés". Las antiguas civilizaciones de Micenas y Creta usaban estas prendas hechas de lana y cuero, y eran endurecidas de diversas formas. ¡Sí, imagínate! Ya hace miles de años las personas pensaban en cómo estilizar la figura.
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En ese entonces, las fajas no eran como las conocemos hoy. Lo que no sabías de las fajas es que, mucho tiempo después, en el siglo XVI, empezaron a popularizarse en Italia, en la corte Medici de Florencia. Esta familia influyente del Renacimiento hizo que el corsé se convirtiera en una prenda de moda, aunque, en este caso, ¡estaba hecho de metal! Sí, tal como lo lees, metal. Su objetivo era estilizar la figura de la mujer, haciéndola lucir una cintura muy angosta y agrandando el busto y las caderas. Pero, claro, no era lo más cómodo. ¡Nada fácil moverse con un corsé de metal!
Con el paso del tiempo, los corsés fueron evolucionando. Ya no era necesario llevar metal y, lo que no sabías de las fajas, es que comenzaron a ser más cómodas, cambiando los materiales y las formas. Incluso llegaron a ser parte de la moda cotidiana, con jóvenes usándolas desde los 13 años hasta bien entrada la adultez. Estos corsés se adaptaron a los vestidos de la época y se crearon en una gran variedad de colores y diseños.
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Al igual que en esos tiempos, las fajas para formar el cuerpo y bajar de peso siguen teniendo como principal objetivo estilizar la figura, pero hoy en día son mucho más cómodas y seguras. Aunque en el pasado el corsé tenía un enfoque más exagerado y restrictivo, hoy las fajas nos permiten vernos más delgadas de forma rápida y sencilla, manteniendo la comodidad que necesitamos en nuestra vida diaria.
Como ves, la historia de las fajas es muy antigua y siempre ha girado en torno a la misma idea: dar forma al cuerpo. Aunque sus materiales y diseños han cambiado, su propósito no ha variado mucho a lo largo de los siglos. ¡Quién diría que esas fajas tan modernas de hoy en día tienen una historia tan fascinante!
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Lo que no sabías de las fajas es que, aunque hoy las usamos para ayudarnos a sentirnos mejor con nuestro cuerpo, también siguen siendo una herramienta poderosa para resaltar nuestras curvas y ayudar a moldear nuestra figura. ¡Así que no subestimes el poder de una buena faja!
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La frase de la semana es de William Shakespeare:
“Nuestros cuerpos son nuestros jardines, nuestras voluntades los jardineros.”
Nos leemos pronto 😊
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